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viernes, 10 de octubre de 2008

ARROYO MOLINOS, una ruta para la relajación de los sentidos.

Arroyomolinos y sus circunstancias muy particulares.
Arroyomolinos fue fundado en 1228 por el rey Alfonso IX, pero sus tierras han sido habitadas desde el neolítico. Nos hace pensar esto, la aparición de algunos restos como son puntas de sílex y lo que se cree que son restos megalíticos existentes en un paraje denominado El Cerro de la Horca.
Es en la Edad de piedra en el Calco lítico, cuando los restos de asentamientos son más importantes.

Estos restos, los conforman dos Castros situados en la Morra del Pajar y en la Herrumbrosa. Además, la cercanía de dos Rutas Comerciales: Ruta de la Plata y la Vía de Medellín-Cáceres.
Con la llegada de los romanos, los restos arqueológicos aumentan y su hábitat disperso hace que actualmente por diversos parajes de la zona aparezcan huellas de su estancia y sus calzadas.

Pero quizá, donde mejor se pueda contemplar la mano de Roma, es caminando hacia su magnifica sierra.
El paso de los pueblos árabes supuso una época para Arroyomolinos de convivencia, pues judíos, mozárabes y cristianos habitaron sus casas en este periodo. La existencia de La calle Juderías así nos lo demuestra.

También nos encontramos con que muchos de los molinos mencionados anteriormente son de origen árabe, cosa que no es nada de extrañar conociendo la habilidad de esta cultura para aprovechar los recursos hidráulicos.

Nombre de esta localidad.
Constituye la Ruta de los Molinos, un paraje bello localizado en la Garganta de los Molinos, que es por ello por lo que recibe el nombre de ¡ARROYOMOLINOS!

Breves pinceladas por la Historia menos lejana a nuestros días...
El 28 de octubre de 1811, se produce el acontecimiento histórico más importante de Arroyomolinos. Durante la Guerra de la Independencia
dencia Española, en Arroyomolinos se produjo una de las más importantes victorias sobre el ejército francés.

La batalla que tuvo lugar fue conocida como la Batalla del Arroyo de los Molinos y también como la Sorpresa de Arroyomolinos.

En ella, un ejército aliado anglo-hispano-portugués, bajo las órdenes del General Hill, derrotó a las tropas francesas del General Girard.

Arroyomolinos como Villa Santiaguista, conserva un buen número de escudos de esta época, algunos de ellos se encuentran muy bien conservados como el Escudo de la Calle Real.

También se conservan como símbolo de la conquista en el periodo de las Ordenes Santiaguistas, una impresionante Cruz de San Martín que tiene una altura de siete metros con un tronco octogonal asentado sobre cuatro peldaños de piedra, pudiéndose observar en ella varios escudos de diferentes órdenes religiosas.

Parada obligada en las joya de tan singular lugar.
Es el monumento
sin duda más importante de Arroyomolinos, es La Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, clasificada a finales de siglo XV o principios del XVI.

Dicha construcción está considerada como una de las joyas más importantes de la Diócesis de Coria-Cáceres.
En ella destacan; su portada, con elementos góticos y renacentistas, un púlpito de cantería de estilo plateresco ornamentado y lo que más llama la atención; su torre de forma cuadrada y líneas esbeltas, está sustentada por cuatro pilares cerrados en una bella bóveda, permitiendo con este recurso arquitectónico, que por debajo de ella pase una calle con todo su transito habitual.

En su interior junto a sus retablos barrocos ricamente decorados, varias imágenes y un bello sepulcro recientemente descubierto, podemos encontrar una importante tabla de la escuela Hispano-Flamenca conocida como “La Virgen de la Leche”, su nombre se debe al tema tratado, ya que se representa a la virgen madre amamantando a su hijo.

La virgen se representa con corona y un rostro muy delicado, en la izquierda y la derecha hay ángeles cantando y tocando instrumentos que representa la felicidad de ese momento.

Posee sacristía junto a la cabecera y capilla bautismal, en el extremo occidental del templo.

A los pies de la nave se adosa una robusta torre-campanario, construida sobre un porche que se conoce en el pueblo como los arcos.

En los laterales del templo se abren dos portadas, siendo la septentrional una notable obra en la que se funden elementos góticos y renacentistas.

En los laterales del templo se abren dos portadas, siendo la septentrional una notable obra en la que se funden elementos góticos y renacentistas.

Ermita de San Sebastián
En el lugar antigua
mente conocido por el Arrabal, al final de la calle de Santo se alza la ermita dedicada a San Sebastián.

Joya renacentista de Arroyomolinos. Esta ermita es obra de uno de los principales maestros del renacimiento español. La obra olvidada de Roque Balduque.

Resulta sorprendente la gran cantidad de Ermitas con que contó la villa de Arroyomolinos, y más aún, si observamos su fecha de construcción. La mayoría fueron construidas en el Siglo XVI, llegando en dicho siglo a la cifra de 6: San Marcos, San Martín, Santa Marina, Santo Domingo, San Sebastián y Santa Catalina, situadas en el interior de la población o en sus proximidades.

Características de los Molinos.
Los molinos, hoy sin uso, son de tipología de sierra y algunos se remontan a la época romana aunque algunos son del siglo XIX. La fuerza del agua era la que los hacía funcionar. La mayor parte de ellos están construidos en mampostería, aunque hay algunos en los que se pueden observar unos perfectos sillares.

El funcionamiento de los molinos, es tan interesante como primitivo. Normalmente los molineros, llegaban a un acuerdo para el día de la molienda.
La estructura de los molinos es prácticamente igual en todos los casos: una charca (en algunos casos se aprecia perfectamente la muralla construida para retener el agua), que consistía en una conducción o acequia, un alto pozo denominado cubo y un cuarto donde estaban los mecanismos de molienda y que en ocasiones servía de vivienda para el molinero.

La molienda suponía un proceso muy interesante, pues los molineros, se ponían de acuerdo para ver que día la realizaban y así soltar el agua de una charca denominada la Charca de la Suelta.

Esta, construida en el arroyo y a una considerable altura, aumentaba el caudal y se lograba que el agua llegara en más cantidad a los molinos.
Algunos de estos, y gracias a su disposición podían moler con el agua que ya había utilizado el anterior.

El molinero esperaba a que este se llenara totalmente y cuando esto sucedía abría una pequeña compuerta denominada Saetín.

El agua procedente del arroyo era guiada por la construcción de piedra hasta el cubo, de una profundidad aproximada de 3 metros, una vez lleno el cubo, se abría el saetín desde la sala de molienda y con la potencia del agua se movían las palas y la piedra volandera, unida por la maza.

Dicha piedra, en su rozamiento con la fina, molturaba el grano que caía por la tolva, convirtiéndola en harina.

Cada molino, hoy en día sigue siendo conocido por el nombre de su dueño, salvo alguno como El Molino de La Cruz que es llamado así por una cruz que lucía en su exterior.

Comienzo de la andadura por la ruta.
El camino se inicia en Arroyomolinos, donde primero hay que visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, considerada una de las joyas arquitectónicas de la Diócesis de Coria-Cáceres.

Esta ruta, que transcurre entre Arroyomolinos y Montánchez, se denomina así porque la mayor parte del recorrido se realiza por una garganta que alberga más de 30 molinos harineros, algunos de la época romana.

Camino por la ruta de los Molinos en coche.
Es una ruta de dificultad media-baja, de unos 12 kilómetros si se hace el recorrido de ida y vuelta buena parte de su recorrido se realiza por una garganta que alberga más de treinta molinos harineros.

Salvo en verano, por el calor y la falta de agua en todo su recorrido, por el contrario cualquier otra época del año es buena para realizarla, ¡eso si! en otoño e invierno hay que hacer la ruta bien pertrechada contra el frío y las lluvias, en este último meteoro atmosférico si se prevén lluvias intensas, no es aconsejable su recorrido ya que el camino de ascenso, por cualquiera de ellos se convierten, en algunos casos, en verdaderos ríos.
La ruta comienza en la Plaza de la Constitución, donde no hay más que seguir la señalización.

Nada más abandonar el municipio y comenzar la ascensión de la Sierra de Montánchez, el camino se divide en dos, indicando la señalización Ruta de los Molinos o Camino de la Piedra del Dedo Meñique.

Ahora el camino discurre por una amplia calzada empedrada. Por el recorrido se pueden ver magnificas portadas adintelada con grandes losas de granito dispuestas en las entradas de muchas pequeñas fincas, con no menos interesantes puertas de hierro forjado.

Esta última opción es un pequeño desvío que permitirá ver una gran roca granítica de unas 40 toneladas que oscila sobre su base.

Tras verla, hay que volver hacia atrás y coger el camino de la Ruta de los Molinos, que transcurre entre paredes y nódulos de piedra granítica, los viejos molinos y su rica vegetación de tipo mediterránea, conforman una bella combinación de colores en la naturaleza inmediata.

Camino por la ruta de los Molinos a pie.
Cuando termina el camino de cemento y se llega al arroyo (que hay que cruzar), comienza la calzada empedrada, que discurre paralela al arroyo. Esta calzada era la vía de acceso a los molinos.

Hay que estar muy atento a las señalizaciones que unas veces consiste en estaquillas de pino clavadas sobre el terreno (estas estaquillas en muchas partes del recorrido no tienen los indicadores grapados sobre cartón, por lo que hay que tener una mayor observación sobre el camino), en otra partes del recorrido las señales consisten en flechas color azul fosforito, pintadas sobre troncos de Alcornoques existentes en el camino.
En ocasiones el camino empedrado desaparece y es necesario caminar por veredas entre grandes riscos y espesa vegetación.

Así se alcanza un punto en el que a través de un auténtico laberinto de helechos hay que cruzar el arroyo.

En este punto está el molino mejor conservado de toda la ruta.

Apenas sobrepasado el molino, surge un pequeño cruce de caminos.

Hay que tomar el de la izquierda y entre va dejando atrás la garganta y sus molinos impresionantes vistas de Arroyomolinos.
No hay que olvidar por estos parajes el camino de la Piedra del Dedo Meñique, una roca granítica cercana a las cuarenta toneladas, que empujada por determinados puntos permite su movimiento.

Sin duda alguna este espectacular recurrido no acaba aquí.
Todo lo contrario, Arroyomolinos es un pretexto ideal para seguir la ruta hasta Montanchez, una de mis próxima rutas fotográficas y culinarias, ya que Montanchez tiene unos de los mejores jamones de pata negra de toda la Comarca.

La visita es obligada para todo viandante (por aquello de sus exquisitas viandas) que quiera perderse por las extraordinarias tierras de Extremadura, un placer para la vista y el estomago y los sentidos, si eso.

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